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México, reprobado en educación: UNAM


 Alumnos de la escuela primaria "Enrique Rebsamen", en Oaxaca. Foto: Miguel Dimayuga
México requiere una política de Estado en materia educativa, que convierta a la enseñanza en el arma fundamental para la transformación de la sociedad, según el documento “Transformar el Sistema Educativo Nacional. Diez propuestas para diez años”, coordinado por la UNAM.
Actualmente, dice el texto, los avances educativos son lentos, generacionales y por lo tanto difícilmente pueden ofrecer rendimientos políticos inmediatos a los gobiernos en turno.
Durante la presentación del documento en el Auditorio Alfonso Caso de la UNAM, el rector José Narro Robles refirió que la educación es un instrumento fundamental para impulsar el desarrollo de la democracia, consolidar la libertad, el progreso y el desarrollo humanos, la solidaridad y la tolerancia.
La enseñanza, dijo, tiene que impartirse a partir de valores cívicos y laicos.
“Creemos de manera profunda en la educación; compartimos la noción de que es el arma fundamental, la fórmula central para conseguir la transformación de una sociedad”, subrayó.
Por ello consideró que si se quiere cambiar el entorno actual se debe empezar por hacer una revisión y transformar el sistema educativo e indicó que este es un buen momento porque arrancan estructuras gubernamentales federales, y locales, en el caso de la Ciudad de México.
De acuerdo con el estudio, en el que participaron 76 expertos de 29 universidades, en la actualidad todavía hay 13 estados que están por debajo de la media nacional en educación primaria, 14 no alcanzan el promedio nacional en secundaria y 18 tienen coberturas inferiores a la media en nivel medio superior.
Peor aún, señala que a pesar de la cobertura universal, México ocupa el lugar 118 de 144 países clasificados por la calidad de su educación primaria.
Además, el país enfrenta un grave problema de rezago y abandono escolar: de cada 100 niños que ingresan a la primaria, sólo la mitad concluye su instrucción media superior, 21 egresan de una institución universitaria y sólo 13 de ellos se titulan.
“Con esos niveles no podemos pensar en una mejor sociedad, y menos en un país competitivo a nivel mundial. Hay 32 millones en rezago, lo que representa 41% de las personas mayores de 15 años.
“Si no se toman medidas urgentes, el escenario a futuro es preocupante, si se considera que según estimaciones de entidades oficiales el retraso registra un aumento de entre 750 mil y casi un millón de personas al año”, advierte el documento.
Por entidades, añade el estudio, la desigualdad en materia educativa afecta a los estados históricamente menos favorecidos: Oaxaca, Chiapas y Guerrero, donde el analfabetismo es de 16.5, 16.1, y 17.7%, respectivamente.
Cuentan también con el porcentaje más elevado de población mayor de 15 años y más sin primaria completa, 17.3, 19.1 y 14.6% respectivamente, además de un promedio de escolaridad por debajo de siete años, cuando la media nacional es de 8.7.
A ello se suman los llamados “ninis” jóvenes que no estudian y tampoco trabajan y que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Juventud 2010, cerca del 22% de la población total que tiene entre 12 y 29 años de edad, se encuentra en esa situación.
El estudio, cuya difusión coincidió con la presentación de la Reforma educativa presentada por el presidente Enrique Peña Nieto, se realizó en los últimos cuatro meses con la finalidad esclarecer y diagnosticar los temas y asuntos de interés nacional, para hacer propuestas que permitan avanzar a la sociedad.
Además de la UNAM, que coordinó el estudio, participaron Fernando Solana, José Ángel Pescador, Miguel Limón, y los rectores de las universidades autónomas Metropolitana, del Estado de Morelos y del Estado de México, Enrique Fernández, Alejandro Vera y Eduardo Gasca, respectivamente.
Los expertos coincidieron en que se necesita una política de Estado, una reforma integral y “no una que atienda sólo a algunos niveles.
“Que garantice el financiamiento adecuado, el mejoramiento de la infraestructura, el equipamiento y los materiales didácticos, el cómputo o los talleres y laboratorios de distinto tipo, incluidos los dedicados a la enseñanza de idiomas. Todo ello relacionado de forma directa con la preparación, dedicación y experiencia del personal docente, se establece”, señala el documento.
Subraya también que los equilibrios fiscales no deben prevalecer por encima de los desequilibrios sociales. “La reforma que debemos hacer es la de cambiar el paradigma del desarrollo y poner énfasis en el conocimiento”.
Añade que la educación, la ciencia y la innovación tecnológica dependen, cada vez más, de la productividad y la competitividad económicas, así como de buena parte del desarrollo social y cultural de las naciones.
Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un año adicional de escolaridad incrementa el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de un país entre cuatro y siete por ciento. “En suma, contribuye a lograr sociedades más justas, productivas y equitativas”, sostiene el documento.