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El curioso negocio del contrabando de ajo

El curioso negocio del contrabando de ajo
Un grupo de fiscales estatales suecos dice haber hallado lo que puede ser uno de los carteles de contrabando más extraños de Europa.

Los investigadores aseguran que dos hombres británicos son sospechosos de haber ganado millones de euros contrabandeando ajo chino desde Noruega hacia Suecia.

Se aseguró que los cargamentos fueron enviados a Noruega —un país que no hace parte de la Unión Europea y donde no hay impuestos a la importación de este producto— y de ahí introducidos clandestinamente en camiones a Suecia y al resto de la Unión Europea.

Con eso evitaban los impuestos vigentes de importación de ajo extranjero en la Unión Europea, que son del 9,6%.

Ajos por manzanas


Y no es la primera vez que el contrabando de ajo está en los titulares de prensa.

En diciembre de 2012, un hombre del occidente de Londres fue sentenciado a seis años de cárcel por contrabandear ajo de China a Reino Unido.

Murugasan Natarajan y su asistente Lakshmi Suresh fueron acusados de no pagar más de US$3 millones en tasas de importación, y les habían dicho a las autoridades que el ajo era en realidad jengibre fresco, que está libre de impuestos.

Y en marzo de 2012, el jefe de la empresa más grande de producción de frutas y vegetales de Irlanda fue encarcelado por seis años por una estafa de US$2 millones relacionada con la importación de ajo.

Paul Begley evitó pagar los impuestos de más de mil toneladas de ajo chino al etiquetar el cargamento como si fueran manzanas.

¿Entonces cuándo empezó el contrabando de ajo?

Cantidad "significativa"


Pavel Borkovec, de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF, por sus siglas en francés), dice que el "fraude y las irregularidades" con el ajo fresco chino han ocurrido desde la década de 1990.

Pero dice que las implicaciones financieras reales para el presupuesto de la Unión Europea comenzaron en 2001, cuando se introdujo el impuesto de 9,6% a la importación de ajo extranjero, con un cargo adicional de 1.200 euros (US$1.600) por tonelada.

Con esos cargos se esperaba prevenir que los productores de ajo en los estados miembro de la Unión Europea se quedaran sin trabajo por los agricultores chinos, que han capturado una gran parte del mercado global al producir ajo a precios reducidos.

El cargo adicional de 1.200 euros por tonelada no se aplica a las importaciones dentro de una cuota anual de 58.870 toneladas mundiales (33.700 toneladas para China).

En 2010, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), China produjo 18.560.000 toneladas de ajo, lo que corresponde a alrededor del 80% de la producción mundial.

El ajo de la Unión Europea se produce principalmente en España, pero también en Italia, Francia, Polonia, Hungría, Rumania y Bulgaria.

Berkovec dice que el contrabando puede costarle a la Unión Europea una cantidad "significativa".

"Un contenedor de ajo fresco representa un riesgo potencial de unos 30.000 euros (US$40.000) en términos de impuestos de aduana", dice.

Modus operandi


El "modus operandi" del contrabando de ajo de China se ha desarrollado a través de los años, dice.

Por un buen tiempo, el modo preferido fue el "fraude de origen": el ajo chino se declaraba, al importarlo, como si se originara en países con los que la Unión Europea tiene tratos preferenciales, donde las tasas normales de aduana no aplican.

"Por ejemplo, los productos que se originan en Turquía, en países del Mediterráneo como Egipto, Jordania, Marruecos, o en países de Centro y Sudamérica, pueden beneficiarse de una exención o reducción de impuestos aduaneros", dice.

Otro modo es la "declaración errónea de los productos", por la que el ajo fresco se declara como ajo congelado o seco, u otros productos como manzanas, cebollas o jengibre.

Según Borkovec, más recientemente ha ocurrido el "contrabando real", mediante el cual no se declara nada cuando el producto entra a un país.

El experto de OLAF dice que el caso noruego fue "excepcional, en el sentido que los bienes fueron declarados debidamente en la aduana en Oslo".

"En una fase posterior, los bienes fueron contrabandeados a territorio de la Unión Europea. No se hizo ninguna declaración mientras cruzaba la frontera entre Noruega y Suecia", añade.

OLAF estima que se han perdido millones con el paso de los años, "sin mencionar las pérdidas indirectas en forma de competencia desleal y la pérdida de participación en el mercado de productores de la Unión Europea".

Según Borkovec, la mayoría de miembros de la Unión Europea se han visto afectados por el contrabando de ajo de un modo u otro