Muchas veces, la ciencia y la religión se han opuesto
a la posibilidad de que las almas se reencarnen en otros seres vivos, y
más aún, que estos vuelvan en la misma materia que estuvieron
anteriormente.
Interrogantes eternas que Max Galuppo, un joven estudiante de Filadelfia
en Estados Unidos se hizo luego del particular “encuentro” que tuvo. El
estudiante caminaba por el museo de la ciudad junto a su novia llamada
Nikkie Curtis, en el momento que pasaba por la sección de la edad media,
la novia de Galuppo se percató que un cuadro original y pintado en 1452 tenía el mismo rostro que su novio.
La
risa fue inmediata luego de la coincidencia, posteriormente el joven
accedió a fotografiarse junto al cuadro para tomárselo con humor.
La
persona que modelo el cuadro tenía el mismo rostro, la misma barba, la
misma contextura física e incluso tenía la misma altura. Ante tales
semejanzas, la pareja comenzó a a averiguar más sobre la pintura,
descubriendo que, si bien no se conoce el nombre definitivo del
retratado, si se sabe que fue un noble italiano, de la región de Florencia y hecha por un artista desconocido.
Conocidos estos antecedentes, el asombro fue mayor, ya que justamente el joven de la similitud es descendiente de italianos y precisamente de la misma región, Florencia.
Galuppo se interesó tanto en el cuadro que planeó un viaje a esta zona italiana para comprobar si fue él quien se retrató hace 450 años, posar nuevamente con la misma ropa.
Estudiante se encontró en un museo de Filadelfia con una imagen igual a la de él, pero hecha durante la Edad Media.
Por
Felipe Moreno