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Marco Delgado, un profesional de la mentira:Lilian de la Concha


Lilián De la Concha, ex esposa del ex presidente Vicente Fox, fue seducida a base de mentiras para ser defraudada por Marco Delgado, con quien tuvo una relación sentimental.
Lilián De la Concha atravesaba por una fuerte depresión en México luego de haber sido estafada por Marco Delgado, quien presuntamente se debatía entre la vida y la muerte en un hospital de Estados Unidos por una enfermedad cancerígena.
La ex esposa de Vicente Fox engañada por el abogado, a quien el Gobierno de Washington acusa de trabajar para el crimen organizado, en un supuesto negocio con la Embajada Norteamericana y el cual le dejaría grandes ganancias, se veía presionada por los empresarios que invirtieron un millón y medio de dólares en el presunto negocio.
 “Yo les decía que cómo querían que presionara a Marco si el señor se estaba muriendo. ‘Pues sí pero es nuestro dinero’, -le respondían-. Yo no me atrevo, háblenle ustedes. Yo decía que cómo podían ser tan duros con un desahuciado”. Lilián De la Concha dejó el gimnasio, bajó de peso, se ausentó en su empleo, se alejó de su vida social y hasta de su familia. No podía con la presión y la depresión.
“Un día Marco me mandó un texto diciéndome: ‘Es mi último mensaje. Me estoy muriendo’. Salí corriendo a La Villa como loca. Le respondía: ¡Por favor, contéstame! ¡Dime que no te estás muriendo! A las 10 de la noche ya no me contestaba. Hecha un mar de lágrimas le hablé a su amigo para saber si Marco ya había muerto y ahí supe toda la verdad. Marco no estaba muerto. Su amigo acababa de estar con él en un rancho en Chihuahua. ‘Yo me vine y él se quedó con su novia, con Liliana Narváez. Si quieres ahorita te mando una foto que le acabo de tomar para que veas que no te estoy mintiendo, pero cálmate por favor. Deja de llorar, mujer’”.
Marco Delgado no tenía dos hijos, sino cuatro. La ex esposa Sharon no tenía leucemia, actualmente trabaja como auditora de la Universidad de Texas y sí estaban divorciados, pero Delgado se volvió a casar con Liliana Narváez, la misma persona a quien los empresarios mexicanos le depositaron un millón de dólares en su cuenta bancaria personal. Por supuesto que Marco no trabajaba en la CIA, ni conocía a Tony Garza, ni estaba acompadrado con los Bush. “Mi relación, de alguna manera sentimental, más bien fue de llanto, de mentira y de engaño. Mi noviazgo, si es que se le puede llamar así, duró lo que tardó el taxi de mi hotel al aeropuerto de El Paso. Siempre fui utilizada. Fui una estúpida”.
-¿Y cómo fue que los tres empresarios que dieron el dinero dejaron ir un millón y medio de dólares así porque sí?
No sé. Yo supongo que les dio miedo. Seguramente pensaron dónde estará metido este tipo que dijeron: ‘Ni modo, fue un negocio que perdimos’.
¿De verdad perdió cada uno esos 500 mil dólares sin ninguna molestia?
No, bueno, claro que hubo molestia. A mí me dejaron de hablar. Tuve problemas serios con ellos, porque primero me acusaron de que estaba coludida con Marco. En mi vida le he robado un peso a nadie. Finalmente con la detención de Marco creo que ya se dieron cuenta.
¿Por qué no denunciaron ante la ley a estesupuesto estafador?
Yo les dije que si querían denunciarlo les ayudaba con pruebas. Les mandé las fotos de donde vivía Marco, de sus coches, de sus hijos. Todo lo que me dieron se los mandé. Les dije ahí les va el paquete y háganle como quieran. Uno me dijo que sí iba a demandar pero ya no sé en qué acabó porque te digo que me dejaron de hablar.
Me cuesta trabajo creer que estos hombres de negocios hayan aportado esa cantidad sin ningún contrato de por medio, sin abogados intermediando…
A mí también me cuesta trabajo creerlo. Después pensé: ¿Cómo nadie pidió un contrato? ¿Cómo dan así el dinero? Nos vio la cara y lo peor de todo es que la gente que lo conocía me decía que era una persona encantadora.
¿Y tú por qué no denunciaste a Marco Delgado por fraude?
Yo no tengo ni para un abogado. Hubo una persona que casualmente me habló y me dijo: ‘Mira Lilián, Marco es gente peligrosa, yo te recomiendo que lo tomes como una pérdida de dinero y se acabó. Hay negocios donde te va bien y hay otros que te va mal. Entonces fue una mala inversión, mejor olvídate’. Luego un abogado me dijo que no se puede acusar a alguien de fraude cuando se le entregó de manera voluntaria el dinero.
Cualquier delito debe de ser denunciado por más peligroso que sea ¿no?
Pues sí, pero al menos yo tuve miedo de meterme con gente de su calaña. Tan fácil como que me mandan a matar. Una persona que se atreve a decir tanta mentira y tan grave, puede ser capaz de hacer cualquier cosa.
¿Por qué no dijiste nada en todo este tiempo?
¿A quién le interesaría?
A los medios de comunicación, por ejemplo.
Pues sí, pero no sé. Me he mantenido sin decir nada porque no me gustan los escándalos.
Pues ya estás involucrada en este escándalo.
Pero lo que ha salido es una verdad a medias. Yo no volví a ver a Marco después del fraude. Lo de la CFE fue antes. Ya sé que es una historia de idiotas, increíble ¿qué quieres que te diga? ¡Me choca hacer el papel de tonta, pero fui muy tonta y lo acepto!
El 2 de noviembre de 2012, Marco Antonio Delgado Licón fue capturado en un restaurante de El Paso, Texas, por parte de agentes especiales del Departamento de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (Immigration and Customs Enforcement, ICE, por sus siglas en inglés) acusado de lavar más de 600 millones de dólares para el cártel de los hermanos Valencia.
La noticia impactó tanto a los mexicanos como a los norteamericanos que lo conocían, que habían convivido con él, que se habían beneficiado de su lado filantrópico. Apenas podían entender cómo era posible que Marco Delgado se construyera una vida basada en la mentira más que la verdad y, sobre todo, cómo había podido mantener la farsa durante 10 años.
Pocas personas se habían atrevido a denunciarlo, la mayoría avergonzados por el timo, o humillados por la grieta que había abierto en la seguridad de sus instituciones bancarias, prefirieron tomarlo como unmal negocio. Al final supieron que todo el tiempo estuvieron frente a un gran actor. A un profesional de la mentira. A uno de los estafadores más glamorosos de los últimos tiempos.