La Habana, (dpa) – Las autoridades cubanas consideran tomar medidas jurídicas para impedir la difusión de música vista como “vulgar” y “chabacana”, según declaraciones difundidas hoy del presidente del Instituto Cubano de la Música (ICM), Orlando Vistel Columbié. Se trata sobre todo de música con “textos agresivos” y “sexualmente explícitos”, señaló Vistel en una entrevista con el diario oficial “Granma”, en la que habla de la “necesidad de poner coto a expresiones vulgares” en el ámbito musical. “El ICM y su sistema de instituciones ha adoptado medidas, que van desde la descalificación profesional de aquellos que violan la ética en sus presentaciones, hasta la aplicación de severas sanciones a quienes desde las instituciones propician o permiten estas prácticas”, señaló Vistel. El funcionario también habló sobre una “norma jurídica” en la que trabaja su institución y “que deberá regir los usos públicos de la música”, aunque subrayó que los oyentes podrán oír en el ámbito privado lo que quieran. Los medios estatales ya han criticado en el pasado la difusión de ciertos temas musicales, asociados sobre todo al reggeton. En las calles de La Habana sonó mucho el año pasado el tema llamado “El chupi, chupi”, de Osmani García. La canción, con connotaciones sexuales directas, se hizo muy popular en ciertos sectores de la juventud cubana, pero fue muy criticada por las autoridades. El ex ministro de Cultura Abel Prieto habló a fines de año de la necesidad de formar a un “receptor crítico” de música en la isla. La comunidad del exilio anticastrista cubano en Miami celebró luego a García, que dio varios conciertos en Estados Unidos. Otro grupo polémico es “Los aldeanos”, que definen su música como una mezcla de rap y hip-hop consciente y que tocan canciones escritas en clave crítica con la realidad social de la isla. Con una gran tradición musical, en Cuba son muy populares la salsa, la trova y el jazz, éste último con “descargas” o “jam sessions” en clubes nocturnos o en la calle. Muchos músicos, sin embargo, difunden su música sólo de forma informal, lejos del circuito estatal, que controla todos los medios de difusión masiva.