Para muchos, afecciones como la diabetes
son exclusivas del ser humano; hoy se sabe que las mascotas también son
víctimas de ella y requieren de cuidados y atención para el control de
estos padecimientos. Ejemplo de ello es que en nuestros días se estima
que aproximadamente uno de cada 500 perros desarrolla este problema de
salud.
“Como en los humanos, la alimentación
predispone a los perros a ser diabéticos”, puntualiza el médico
veterinario Enrique Santillán González, egresado de la Facultad de
Estudios Superiores Cuautitlán (FES-C), de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM).
“Las mascotas que consumen alimentos
preparados en casa, o desperdicios de éstos, pueden elevar sus niveles
de glucosa por las cantidades elevadas de grasa en la comida, a
diferencia de los alimentos concentrados, como las croquetas, que dan
balance a la alimentación”, agrega el especialista.
En perros, la diabetes puede aparecer
entre los 7 y 9 años, y es más frecuente en hembras no esterilizadas.
Algunas razas de baja talla tienen mayor predisposición a padecerla,
como french puddle, beagle, caniche, teckel, golden retriever, schnauzer
y pincscher miniatura.
Las mascotas presentan los mismos signos
de diabetes que los humanos, como ingesta excesiva de líquidos, deseos
de orinar con más frecuencia, ansiedad alimentaria (siempre tienen
hambre), obesidad y aliento a acetona (un olor característico parecido a
la manzana). La pérdida de peso, aun cuando coma en exceso, también es
una señal de advertencia.
Las consecuencias son también muy
parecidas; por ejemplo, puede llegar a afectar diferentes órganos en las
mascotas, entre ellos hígado, ojos y riñones, lo cuales pueden verse
comprometidos si la enfermedad no se detecta y atiende a tiempo.
El doctor Santillán González señala que
tanto en perros como en gatos el tratamiento para el control de la
glucosa puede parecerse al del humano. “En Estados Unidos se
comercializa insulina para perros, en México aun no y se utiliza la
misma que se administran las personas, también dos veces al día”.
Asimismo, explica que se inyecta una
unidad por kilogramos de peso del animal, y hay que monitorearlo
diariamente. Los niveles de glucosa son los mismos que en los humanos,
es decir, el rango normal es de 80 a 110 miligramos por decilitro de
sangre.
“Por lo general el dueño es el responsable de que el perro muera de diabetes, pues al verlo que mejora deja de monitorearlo, de administrarle la insulina y descuida su alimentación. Pero si, por el contrario, le brinda atención puede vivir varios años”.
“Por lo general el dueño es el responsable de que el perro muera de diabetes, pues al verlo que mejora deja de monitorearlo, de administrarle la insulina y descuida su alimentación. Pero si, por el contrario, le brinda atención puede vivir varios años”.
Con anterioridad, Vive con Diabetes
informó que al igual que en los seres humanos, la diabetes suele
padecerse en edades similares, por ejemplo, en perros y gatos la tipo I
es latente cuando la mascota es joven y la de tipo II se desarrolla en
la madurez.
La situación para los felinos es
distinta, pues aún se desconoce en qué raza puede prevalecer, pero el
mayor número de casos se da en animales castrados y no en hembras; en
cuanto a la edad, los parámetros son muy similares a los perros.
La dieta de un perro o gato con diabetes
debe incluir alimentos con altas dosis de fibra, pues reduce la
velocidad con la que los hidratos de carbono se descomponen y evita que
haya subidas repentinas en los niveles de glucosa en la sangre.
Cereales como avena, trigo y arroz
ayudan a mantener controlada la cantidad de azúcar en sangre; el consumo
de dulces y carbohidratos deben reducirse de forma notable, y debe
procurarse que la mascota haga ejercicio cada día, pues ayuda
notablemente a reducir los niveles de glucosa.
En marzo de 2012 fue inaugurado el
Hospital de Pequeñas Especies en la FES Cuautitlán de UNAM, donde se han
atendido a unos 2 mil perros y gatos con diabetes, pero también a
quienes sufren cáncer y otros problemas de salud. (Agencia ID)