Temamatla— De lunes a viernes, Antonio Oliveros Leyva despacha desde el Palacio Municipal de Temamatla como alcalde para atender las necesidades de los habitantes, pero los domingos, el político priísta lo hace desde un puesto de barbacoa y bajo las órdenes de los comensales.
Oliveros reside a menos de una cuadra de la sede del Ayuntamiento, donde los domingos se pone el mandil y, cuchillo en mano, satisface el paladar de los asiduos clientes del negocio: “Don Toño”.
Junto a su esposa, Silvia Cuéllar Salas, presidenta del DIF local, y sus hijas Mitzi, Blanca, Nelly e Itzel, el edil saliente atiende su negocio desde hace 20 años, pero que dejó de forma temporal para dedicarse al servicio público. “Ya tengo 6 meses trabajando y, de hecho, ya estamos a punto de concluir la Administración, es por ello que retomamos nuestras actividades”, arguye el alcalde temamatlense, municipio mexiquense localizado entre Chalco y Amecameca.
“Creo que ésas son nuestras raíces, no tenemos nada de que avergonzarnos. El trabajo no degrada al hombre, el trabajo dignifica al hombre”.
Mientras el edil pica la carne, la presidenta del DIF, imparte órdenes a sus hijas para brindar un buen servicio a sus comensales. “Empezamos a sacar las cosas en la mañana. La cocción comienza desde la noche del sábado. Dos, dos horas y media es lo máximo que salimos (a vender)”, señala la Primera Dama municipal.
“Entre todos hacemos todas las cosas, aquí no ocupamos personal, mi cuñada, mis hijas atendemos aquí”, aclara el taquero.
Desde que el alcalde priísta abre su puesto en Temamatla, los clientes saturan el puesto con sus peticiones, por lo que en sólo tres horas termina la venta.